PRÁCTICAS DEL LENGUAJE SEMANA DEL 21/9
Leer y escribir: “Pedro y el
lobo”
Esta semana les proponemos leer y escribir en torno al
cuento: Pedro y el lobo”.
Se trata de un cuento basado en una obra sinfónica del
compositor ruso Serguéi Prokófiev.
CUENTO DE PEDRO Y EL LOBO Érase una vez un
pastorcillo llamado Pedro. El joven subía cada mañana, muy temprano, con su
rebaño de ovejas para que pastaran mientras hacía fresco. Pedro sabía que debía estar muy
atento para que ninguna oveja se perdiese o fuese devorada por un lobo, que llevaba
tiempo merodeando por la zona y que ya había dado algún disgusto a otros
pastores y granjeros. Una mañana, aburrido de vigilar a su rebaño, el pastorcillo decidió
gastar una broma al resto de aldeanos. Sin pensárselo dos veces, Pedro subió a lo alto de un árbol y comenzó
a gritar. – ¡Socorro! ¡Qué viene el lobo! ¡Ayuda! Al oír sus gritos, los pastores y granjeros de la aldea acudieron en
su ayuda con picos y azadas, para defender al rebaño del joven pastor. Sin embargo, cuando llegaron junto al rebaño, no había ningún lobo y
encontraron a Pedro riendo a carcajadas, mientras les decía – ¡Os he
engañado! ¡Deberíais haberos visto las caras! – Los hombres se marcharon muy enfadados y fatigados por la carrera que
se habían dado para ayudar a Pedro. A la mañana siguiente, Pedro pensó que sería divertido ver si los
aldeanos volvían a caer en la misma trampa y, de nuevo, comenzó a gritar –
¡Ayuda! ¡El lobo! ¡Socorro! – – Esta vez no puede ser una broma – dijeron algunos granjeros y
corrieron tan rápido como pudieron para ayudar al joven. Qué decepción se llevaron cuando, al llegar junto al rebaño, se
encontraron a Pedro carcajeándose de ellos – ¡Os he vuelto a engañar! ¡Ja ja
ja! – Los granjeros se enfadaron muchísimo y se marcharon lamentándose por
la broma tan pesada que les habían gastado – Esto no es una broma – decía
uno. – No, algún día se dará cuenta de lo que ha hecho – comentaba otro. Pasaron algunos días y Pedro aún se reía al pensar en la broma que
había gastado a los aldeanos. Una mañana, mientras descansaba bajo un árbol, escuchó unas pisadas
que no provenían de su rebaño. Antes de que pudiese levantarse, un enorme lobo saltó sobre sus
ovejas, dando caza a una de ellas. Pedro se subió al árbol y comenzó a gritar pidiendo ayuda – ¡Socorro!
¡El lobo se está comiendo mis ovejas! ¡Ayuda, por favor! – Pero nadie acudió en su ayuda y, antes de que se diera cuenta, el lobo
se había comido dos de sus ovejas y otras muchas se habían extraviado
mientras huían del lobo. Cuando el lobo terminó de saciar su hambre, se marchó. Pedro tardó
todo el día en terminar de reunir a su rebaño. Al llegar a la aldea, con los ojos llorosos, decidió pedir perdón a
todos los aldeanos y les contó lo que le había sucedido. Fue así como Pedro aprendió que no se debe mentir, pues cuando
necesitó ayuda, de verdad, nadie lo creyó. Esta historia, que es muy cierta, se ha contado de padres a hijos
durante mucho tiempo. Ahora ya sabes por qué te dicen: si cuentas muchas
mentiras, nadie te creerá cuando cuentes la verdad. FIN. |
ACTIVIDADES
Luego de leer el cuento respondé las siguientes
preguntas:
1.
¿A qué hora salía Pedro con las ovejas?
2.
¿Por qué decide Pedro realizar la broma?
3.
¿Qué hace cuando llegan los aldeanos en
su ayuda?
4.
Cuando el lobo ataca al rebaño de Pedro,
¿Qué hace el pastor?
5.
¿quién acude a ayudar a Pedro y a su
rebaño?
6.
Al ver que nadie lo ayuda, ¿de qué se da
cuenta Pedro? (Marcar con una X)
·
Pedro piensa que los aldeanos son muy malos.
·
Pedro se da cuenta de que no han acudido por
culpa de sus propios engaños.
·
Pedro está convencido de que todo es culpa
del lobo.
7.
¿Qué piensas tú sobre los engaños?
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