PRACTICAS DEL LENGUAJE SEMANA DEL 18/08


Leer y escribir: “El traje nuevo del Emperador”

     Esta semana les proponemos leer y escribir en torno al cuento “El traje nuevo del Emperador”.
Se trata de un cuento creado por el escritor danés Hans Christian Andersen y publicado por primera vez en 1837. Su título original era El rey desnudo. Este cuento se relata en todo el mundo a través de diversas versiones y con distintos títulos. Ustedes podrán leer una de esas versiones que lleva el título que les hemos anunciado.
Para empezar, vamos a leer el cuento. Recuerden que pueden leerlo solas o solos o pedirle a alguien que esté con ustedes que las y los acompañe en la lectura
.


     El traje nuevo del Emperador
     Había una vez un emperador al que le encantaban los trajes. Destinaba toda su fortuna a comprar y comprar trajes de todo tipo de telas y colores. Tanto que a veces llegaba a desatender a su reino, pero no lo podía evitar, le encantaba verse vestido con un traje nuevo y vistoso a todas horas. Un día llegaron al reino dos estafadores  que se hacían pasar por tejedores y se presentaron delante del emperador diciendo que eran capaces de tejer la tela más extraordinaria del mundo.
- ¿La tela más extraordinaria del mundo? ¿Y qué tiene esa tela de especial?
- Así es majestad. Es especial porque se vuelve invisible a ojos de los necios y de quienes no merecen su cargo.
- Interesante… ¡entonces hacedme un traje con esa tela, rápido! Os pagaré lo que me pidáis.
Así que los tejedores se pusieron manos a la obra.
Pasado un tiempo el emperador tenía curiosidad por saber cómo iba su traje pero tenía miedo de ir y no ser capaz de verlo, por lo que prefirió mandar a uno de sus ministros. Cuando el hombre llegó al telar se dio cuenta de que no había nada y que lo que los tejedores eran en realidad unos farsantes pero le dio tanto miedo decirlo y que todo el reino pensara que era estúpido o que no merecía su cargo, que permaneció callado y fingió ver la tela.
- ¡Qué tela más maravillosa! ¡Que colores! ¡Y qué bordados! Iré corriendo a contarle al emperador que su traje marcha estupendamente.
Los tejedores siguieron trabajando en el telar vacío y pidieron al emperador más oro para continuar. El emperador se lo dio sin reparos y al cabo de unos días mandó a otro de sus hombres a comprobar cómo iba el trabajo.
Cuando llegó le ocurrió como al primero, que no vio nada, pero pensó que si lo decía todo el mundo se reiría de él y el emperador lo destituiría de su cargo por no merecerlo así que elogió la tela.
- ¡Deslumbrante! ¡Un trabajo único!
Tras recibir las noticias de su segundo enviado el emperador no pudo esperar más y decidió ir con su comitiva a comprobar el trabajo de los tejedores. Pero al llegar se dio cuenta de que no veía nada por ningún lado y antes de que alguien se diera cuenta de que no lo veía se apresuró a decir:
- ¡Magnífico! ¡Soberbio! ¡Digno de un emperador como yo!
Su comitiva comenzó a aplaudir y comentar lo extraordinario de la tela. Tanto, que aconsejaron al emperador que estrenara un traje con aquella tela en el próximo desfile. El emperador estuvo de acuerdo y pasados unos días tuvo ante sí a los tejedores con el supuesto traje en sus manos.

Comenzaron a vestirlo y como si se tratara de un traje de verdad iban poniéndole cada una de las partes que lo componían.
- Aquí tiene las calzas, tenga cuidado con la casaca, permítame que le ayude con el manto…
El emperador se miraba ante el espejo y fingía contemplar cada una de las partes de su traje, pero en realidad, seguía sin ver nada.
Cuando estuvo vestido salió a la calle y comenzó el desfile y todo el mundo lo contemplaba aclamando la grandiosidad de su traje.
- ¡Qué traje tan magnífico!
- ¡Qué bordados tan exquisitos!
Hasta que en medio de los elogios se oyó a un niño que dijo:
- ¡Pero si no lleva nada!
Y todo el pueblo comenzó a gritar lo mismo pero aunque el emperador estaba seguro de que tenían razón, continuó su desfile orgulloso.

         Versión libre de “El traje nuevo del Emperador” de Hans Cristian Andersen.
                                       
                                                                        


Ahora les proponemos pensar en esta historia. Si la leyeron con alguien más, será una buena oportunidad para intercambiar opiniones. Después, les pedimos que respondan las siguientes preguntas en sus carpetas:

1. Algunas chicas y algunos chicos se ríen con este cuento, ¿a ustedes les pareció gracioso?
2. Seguro descubrieron que en esta historia hay engaños… ¿Quién les parece que engaña a quién?
3. Vuelvan a releer el final del cuento. ¿Por qué será un niño quien dice “pero si no lleva nada”?
4. A este Emperador le encantaban los trajes hermosos y decidió tener un traje muy especial… ¿Qué tenía de especial la tela de ese traje?
5. ¿Por qué les parece que el Emperador quería ese traje especial? ¿Era solamente porque le gustaban los trajes nuevos?
6.  Los otros funcionarios que envía el Emperador para ver cómo iba la confección de su traje ¿se dan cuenta del engaño? ¿Por qué creen que siguen engañando al Emperador?
4. Finalmente, el Emperador, ¿en qué momento se dio cuenta de que había sido engañado?



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